Repentinamente se separó de mi, cogiendome por los hombros, de modo que sus ojos quedaron alineados con los míos. Pude apreciar un nuevo brillo. Se incorporó completamente de un salto, y antes de que pudiera reaccionar, me cogió de la mano y salió corriendo hacia la casa. Galatea nos siguió de cerca. Nada más entrar en el comedor, gritó a pleno pulmón:
-Marian, saca el caviar.- quedé un poco en shock y creo que a mi nueva amiga le pasó lo mismo. Sebastián, que en ese momento pasaba por ahí, quedó mirándolo como si hubiera dicho algo totalmente inesperado. Y lo mismo demostraron los criados, ya que Marian no venía sola. Todos, absolutamente todos los criados que habían en ese momento en la casa acudieron al comedor corriendo. Literalmente.
-Perdone, señor, ¿ha dicho que saque el caviar?- preguntó la joven dudosa.
-Así es, Marian.- respondió él con firmeza.- Preparelo para todo el servicio y Sebastián -se giró a mirarlo.- llama a tu sobrino para que venga también.- añadió.
-Si, si, señor. Ahora mismo.- se apresuró tartamudeando, lo que me pareció un tanto gracioso.
-Mi princesa.- dijo mientras hacía una reverencia hacía mí.- Espero que esta noche se arregle y se ponga más bella de lo que ya es porque esta noche vamos a celebrar que estamos vivos y que somos jóvenes para disfrutar de la vida. En cuanto termine la cena, me encargaré personalmente de llevarla al mejor pub, club o discoteca de este pueblo.- comentó. Definitivamente, era un Tobías en versión exagerada, tal y como había predicho Galatea.- Y eso va para las dos.- señaló también a la chica.
-Yo preferiría irme. Nunca he ido a un poub o como se diga lo que has dicho, ni ganas ni medios para arreglarme.- evadió.
-Yo te puedo dejar un vestido y te puedes dar una ducha aquí, sin ningún problema.- propuse.
-¡Princesa! ¿Como cree?- se escandalizó.- No, no, no y no. No merezco llevar vuestra ropa.
-Vamos, no digas tonterías. Por ahora, eres la única chica que podría considerar como amiga. Trátame como a una chica cualquiera.- ordené. Acabamos los tres de nuevo entre carcajadas.
-Como quieras.- accedió.
-Tenéis una hora.
-Pues mejor que vayamos preparándonos ya, ¿no?- hablé a Galatea. Como respuesta, cogió mi manos como antes había hecho Tobías, solo que con más delicadeza, y corrimos hasta mi habitación. Una vez allí, pasamos al vestidor, donde elegimos lo que mejor nos iría a casa una. Le dejé unas toallas, fue al baño y se duchó. Tardó como diez minutos, si llegó. Después fui yo. Tardé un poco más, para ser sincera, tardé casi media hora. Me gustaba demasiado el agua. Galatea ya estaba vestida. Solo le faltaba el maquillaje y el peinado. Pasé al vestidor y me puse el vestido elegido. Volví a la habitación y Galatea seguía igual que antes.
-¿Te pasa algo?- pregunté preocupada por su semblante. Sacudió la cabeza como si despertara de un sueño.
-Nunca antes he ido a un poub o disco…no sé que y menos me había vestido así. Parezco una zorra.- creía que se refería a la parte de arriba. La comprendía. Aunque tampoco enseñaba y además le quedaba que ni pintado.
-Se llaman pub o discoteca.- intenté amagar un poco la risa.- Y créeme, allí habrán chicas que van casi en ropa interior.- no pude más y estallé en carcajadas. Mi amiga me miraba sin entender.
-No le veo la gracia, Sarah.- espetó confundida.
-Cuando lleguemos, lo entenderás. Ahora déjame a mí.- hice que se sentara frente al tocador y comencé a peinarla. Le hice una trenza que le quedaba envidiable. Tuvo todo el rato los ojos cerrados porque quería que fuera una sorpresa. Cuando los abrió, parecía que se le iban a salir de las órbitas y la boca casi le llega al suelo.
-¡Dios mío! ¡Sarah!- exclamó.
-Tampoco es para tanto. Deberías de haber visto lo que hacía mi madre.- le resté importancia.
-Ahora me toca a mí. Siéntate y cierra los ojos.- ordenó y yo obedecí.- Ya.- avisó cuando acabo. Poco a poco conseguí entreabrir los ojos, ya que estaba agotada y casi me había quedado dormida. Quedé atónita. A mi vestido le pegaba ese peinado fantásticamente. No lo podría haber acertado más.
-Galatea…
-Llámame Gala.- interrumpió.
-Gala, definitivamente, te amo.- ella rió.
-Eso díselo a Tobías. Lleva tiempo intentando que se lo digas. Vamos abajo, ya ha pasado una hora.- me levanté de la silla y salimos de la habitación. Hablamos mientras bajabamos por las escaleras. En el comedor ya se encontraba Tobías sentado en cabecera de mesa y Samuel estaba a su lado izquierdo. Charlaban animadamente. Me senté frente al segundo mencionado y mi amiga se sentó a mi lado. No me dí cuenta de que no se habían percatado de nuestra presencia hasta que Tobías dijo:
-¿Las chicas habrán terminado ya?
-¿Las? ¿Qué no está sola Sarah?- preguntó Samuel ignorando que me tenía en frente.
-Por si no te habías dado cuenta, Toby, Sarah y yo hace como un cuarto de hora que estamos aquí.- sonrió Gala.
-Buenas noches, princesa- saludó Samuel cortés.
-¿Qué te dije sobre eso?- reproche.
-Lo siento, es la costumbre.- se disculpó.
-No pasa nada. Tobías, con lo del caviar, ¿a que te referías?
-Pues a eso justamente. Durante la cena se servirá caviar.- explicó.
-Lo siento, soy vegetariana.- intervino mi amiga.
-No te preocupes. Ahora les digo que te saquen otra cosa.- el anfitrión se levantó y se dirigió a la cocina. Yo lo seguí con la mirada, casi embobada, ya que la voz de Samuel me hizo salir de mi ensueño.
-¿Y quién es tu amiga, Sarah?- preguntó divertido.
-La amiga se puede presentar sola.- habló molesta antes de que pudiera decir nada.- Soy Galatea, Galatea de Phay.
-Encantado. Samuel Jokins.- se presentó gracioso, extendiendo su mano. Extrañada, Gala se la estrechó.
-Me caes bien.- dijo al fin.
-Todo un logro, Sam, te felicito.- bromeó Tobías haciendo su entrada en la escena.
-Gracias, gracias, no más aplausos por favor.- reímos.
-Ya tienes su pedido, my lady. Ahora, mientras cenamos, querría comentarte, Sarah, que el próximo lunes se celebra el baile de parejas en el nuevo instituto.- comenzó.
-Y quieres que vaya contigo.- afirmé
-No, este baile no se refiere a parejas mixtas, sino que son parejas de chica y chica o chico y chico. No sé si me explico.
-Pues no, Toby, no te explicas nada bien, ¿sabes? Samuel, ¿tú sabes explicar mejor lo que aquí el amigo intenta decirnos.- soltó mi nueva amiga con la mirada fija en mi castaño amigo.
-A lo que se refiere Tobías es que las chicas y los chicos irán por parejas y tendrán que vestir igual o parecido, ¿comprendes ahora?- explicó.
-Si, ahora mejor. Otra pregunta, Sam, ¿eres de por aquí?- cuestionó.
-Si y no. Me explico: me crié aquí y eso, pero mi familia vive en Buenos Aires. A parte de Didi, tengo otra hermana mayor allí. Se llama Belén, Belu para los amigos. Espero que os conozcáis. Os llevaríais de maravilla. Me recuerdas mucho a ella.
-Lo tomaré como un cumplido.- rió Gala.
-Podría ir con Galatea, ¿verdad, amiga?- propuse.
-Quita, quita. Odio los bailes de instituto.
-Además de que no dejan entrar a adolescentes ajenos al centro.-expuso el lobo.
- Bien.- aplaudí como si fuera algo emocionante a modo de mostrar mi ironía.- ¿Y ahora con quién voy?- me pregunté en voz alta. En ese momento, entraron con la cena ya dispuesta. Las dejaron delante de nosotros y susurraron un "que aproveche" algo bajo. A un lado del plato se encontraba el caviar. El resto era marisco a base de gambas y pescados de todo tipo, mientras que el plato de Gala mostraba un salteado de verduras que me dió cierta envidia.
-Podrías ir con Melanie y Aminore. Ellas irán mañana de compras, si quieres acompañarlas no creo que tengan ningún problema. - propuso Samuel.
-Vale, no hay problema.- llevé una gamba a mi boca. La cena transcurrió entre risas y una animada conversación. Al acabar, Tobías decidió que conduciría uno de sus tantísimos coches de alta gama en vez de coger la limusina. Nos subimos a un BMW último modelo en blanco con la tapicería interior en blanco roto. La conversación no cesó un minuto, ni las risas tampoco. Gala y yo nos subimos a la parte trasera y ellos a la delantera. Tobías encendió el motor y salió a la carretera. Condució hasta el aparcamiento de el pub Party's y allí aparcó. Nos apeamos y entramos.
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SA
RA
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Gala: