martes, 8 de enero de 2013

Baile De Lobos 2/2

Me abrió la anfitriona, Christien, que iba muy mona con aquel vestido (http://alibared.com/wp-content/uploads/2012/08/VSS2267.jpg) Miró a mis lados y me preguntó:
-¿Vienes sola? Lo siento, pasa, bienvenida.
-Si vengo sola.- entre en la casa. El volumen de la música era para romperte el tímpano.
-¿No traes ropa para cambiarte?
-¿Que ropa?
-Por detras de la dirección, anoté que se tenia que traer ropa de cambio para cuando estubieramos todos, ponernos cómodos. Y por lo que veo, tú eres la única que no traes.- se quedó pensando.- puedo dejarte ropa mia, no tengo problema.
-Lo que quieras. ¿Puedo salir un momento? Hasta que me acostumbre a esto,...
-Por alli- me señalo una puerta de cristal entreabierta que dejaba ver un balcón de dos metros de ancho y de largo cuanto era la fachada. Me apoyé en la barandilla de piedra con pequeños balustres y contemplé el bosque que se extendia bajo mis pies. Me dieron ganas de adentarme en él y correr como alma que lleva el diablo, sin rumbo fijo, dejando que mis pies me llevaran alla donde se les antojara. De repente, noté que ya no estaba sola, dejé los pensamientos a un lado. Me giré. Era uno de los chicos que se metian conmigo en el instituto: Tobías. Volví a mi postura anterior, dandole la espalda.
-¿Otra vez vienes a reirte de mí?- dije sin mirarlo- Adelante, esta noche te escucho.
-Venia a darte conversación.
-Vaya, mira por donde. ¿No tienes vergüënza que te vean conmigo? Te advierto que soy de las empollonas.- seguia sin mirarle. De nuevo mi mirada se perdia en el bosque.- Aah, ya entiendo. Se te ha acabado el ligue con las chicas de la fiesta que solo falto yo, ¿no es así? Por eso no padezcas, faltan por llegar.
-Si te vas a poner así con cada chico que intente hablar contigo, la llevas clara para conseguir marido algún día. Y a tu primera pregunta, no me avergüënza que me vean contigo.
-Si vienes a que te dejes los deberes, puedes irte por donde has venido. Curratelos o pideselo a otra. A mí olvidame.
-Por lo que veo me negaras el baile que vengo a ofrecerte. Pero aún así lo intentaré, ¿quieres bailar conmigo?- giré mi cabeza para verificar sus palabras en su semblante. Únicamente ofrecia la típica sonrisa con la que se derrite cualquiera. Me puse recta y encogí mis hombros. Que intente convencerme.- hoy te ves bellísima.- se acercó- estas radiante- tocó uno de mis hombros que quedaba al descubierto y sentí como una corriente eléctrica invadia mi cuerpo.- no te creas, nadie te ha reconocido, bueno yo si. Ven a bailar, y si quieres despúes volvemos a salir.
-¿Perdona? ¿Volvemos?
-Si, volvemos. A no ser que no quieras ser mi pareja esta noche.- sonrió pícaramente. Puse los ojos en blanco y cogí la mano que me tendia. Nos colamos en una marea de adolescentes, unos bailando, otros sentados, hablando,etc. Besos, risas, pasión,... Habia de todo en aquella fiesta. Por desgracia lo que mas abundaban eran los chicos y chicas borrachos y borrachas. Uno de ellos se me acerco e intento tocarme el trasero. No lo iba a permitir, pero Tobías fue mas rápido y con la mano que tenia libre, le cogió la muñeca y se la retorció. El chico, sorpresa para mí era Álvaro, soltó un grito de dolor y se retiro a una esquina. La canción empezó. Tobías colocó sus manos en mis caderas y yo las mias en su cuello. Nos obligamos a mirarnos a los ojos, cosa de la cual no me arrepentí. Me sumergí en aquellos ojos verde oscuro, que me hacian pensar que eran los de mi padre, aquella mirada llena de ternura, de amor, que emanaba calor, protección y toda clase de sensaciones positivas. Mi oido fino hizo que me desconcentrara por un ruido que puede que no se distinga casi, pero que yo oia por encima de la música: el de la puerta de la calle al abrirse. Yo quedaba justo enfrente, lo cual queria decir podia ver porque habian abierto la puerta y ese porque no me gusto en absoluto. Jeremías apareció en mi punto de vista y yo en el de él. No me lo podia creer. Solté el cuello de Tobías y corrí fuera, a los jardines. Llevaba menos de cinco minutos cuando empezó a llover y noté una chaqueta sobre mis hombros. A mi lado izquierdo se encontraba de nuevo el chico que habia dejado plantado en la pista de baile.
-Será mejor que volvamos dentro.- propuso.
-No. Prefiero irme a casa.
-¿Quieres que te lleve?- preguntó esperanzado.
-No, gracias. Mi casa da a la otra parte del bosque. No es la primera vez que me interno en él.- me quedé de espaldas a él.
-Ha sido ese chico que ha llegado ¿verdad?- me sorprendió. Volví un poco la cabeza, pero no del todo.
-Si- desvié de nuevo mis ojos al bosque- Jeremías es un chico especial. El hermano de mi mejor amiga. Saliamos antes de venirme. Es el único que sabe mi secreto. Recuerdo el último día que lo ví. Justamente fue en esta cuidad hace tres años. Toda secundária venia de salida cultural. Visitamos museos y el centro comercial. Llegó la hora de irse. Su curso se fue el primero, el mio el último. Subieron todos al autobús. Los profesores sabian que yo no me volvia, pero los alumnos no se lo dije. Me instaban a que subiera, pero me quede donde estaba sin hacer mas movimiento que el de mi mano a modo de despedida. Las puertas se cerraron. Natasha gritaba mi nombre entre maldiciones y puñetazos que impactaban en la ventanilla.- relate los sucesos sin que la voz se me quebrara o echarme a llorar. Sonaba un tono muy duro.- Calculé lo que iban a tardar en llegar a la estación de autobuses y Natasha contarle lo que habia pasado. A la hora que yo marqué, sonó mi móvil y en la pantalla aparecia el nombre que estaba esperando. Pero no lo cogí, dejé que sonara hasta que se cansara. Lloré mucho. Era tal mi desesperación que fui al baño, rompí el espejo y me corté, ya que no soportaba el dolor de mi corazón. En mis muñecas todavia quedan esas mascas, esas cicatrices que me dejó el cristal. Me prometí que no volveria a amar.  Ame a Jeremías y lo dejé, ame a mi padre y lo perdí. Y ahora si me disculpas, tengo que irme a casa.- sin esperar respuesta por su parte, intente echar a correr, pero el me sostuvo de una de las muñecas. Lo fulminé con la mirada.
-A mi si que me puedes amar.- Tobias se acercó mucho a mí, tanto que hizo que nuestros labios se juntaran. En tres años no habia a besar a ningún chico. Me despegué de él, caminé hacia atrás con el terror escrito en la frente. Corrí rápido. Tenia miedo a volver a enamorarme y volver a no ser nadie. Mientras reflexionaba sobre este tema, noté algo: ya no corria con pies, ya no corria con mi apariencia normal. La transformación habia finalizado. Por fin era de nuevo lo que realmente soy, lo que escondo al mundo y que solo sabe Jeremías de su existencia. Por fin era lobo.

2 comentarios:

  1. Hola :D
    soy nueva lectora y creo que la primera ... wii jeje
    me llamo Lourdes pero puedes decirme Lulu ...
    me encanta tu novela ... generalmente no me suele llamar la atención aquellas que no son de justin Bieber e One Direction pero esta me ah gustado mucho ...
    seguila pronto por favor :D
    un favor ?? me podes avisar cuando subas ? es que yo estoy desde el celular comentando y no me puedo suscribir ... te pasas por mis blogs ?? te espero un beso bye seguila

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    1. Es verdad, Lulu, eres la primera lectora y gracias por comentar.¿Te digo la verdad? ya me he leido tus blogs.
      gracias de verdad, pensaba que iba a estar sola, pero veo que no. si me ayudas a difundirla, te estare muuuuuy agradecida. en cuanto suba mas te aviso. besos.

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